El Centro Ceremonial Pucará Tambo, ubicado en la parroquia Cacha, en la provincia de Chimborazo, constituye un símbolo vivo del sistema de documentación y saberes ancestrales de la cultura Puruhá. Este sitio, cargado de significado histórico y espiritual, refleja el legado de una civilización que floreció en los Andes del gran Abya Yala, en el actual territorio ecuatoriano. A través de su arquitectura, conexiones astronómicas y función ceremonial, Pucará Tambo resguarda la ciencia y tecnología originarias de la cultura ancestral, quienes enfrentaron la llegada de los incas y, posteriormente, la influencia de los colonizadores españoles.
La gran Nación Puruhá
Desde tiempos históricos, la nación Puruhá ocupó gran parte de la región central de los Andes ecuatorianos, abarcando las actuales provincias de Chimborazo, Bolívar y Tungurahua. Reconocidos por su organización social, administrativa y militar, los Puruhá mostraban una profunda conexión con la naturaleza y los ciclos cósmicos, fundamentales para su convivencia social y seguridad alimentaria. En su cosmovisión, las montañas como el Chimborazo eran entendidas como centros energéticos, denominados Apus, que simbolizaban el equilibrio entre el mundo espiritual y terrenal (Kay Pacha y Ukun Pacha).
Los Puruhá hablaban su propio idioma. Aunque se conoce muy poco sobre esta lengua, se sabe que comparte sufijos toponímicos con la lengua cañari. Además, se diferenciaban por las oclusivas sonoras al inicio de palabra, la existencia de /ž/ y terminaciones como -pala, -pud, -bug, -shi. Estas coincidencias sugieren un posible parentesco entre ambas lenguas. Dado que no ha sido posible clasificarlas en relación con otros idiomas regionales, como ocurre con las lenguas barbacoanas, actualmente se las agrupa como lenguas cañar-puruhá.
Uno de los aspectos más relevantes de esta cultura fue la creación de centros ceremoniales estratégicamente ubicados. Estos espacios, como Pucará Tambo, cumplían funciones ceremoniales, de encuentro comunitario y observación astronómica. Además, su ubicación permitía conectar visualmente con otros lugares sagrados, como el volcán Chimborazo, el Altar y el cerro Chambo.
El nombre "Pucará Tambo", proveniente del kichwa, significa "centro de convocatoria y descanso". Desde su ubicación privilegiada se pueden observar los nevados Chimborazo, Carihuayrazo, Tungurahua y El Altar, además de la ciudad de Riobamba.
La Conquista Inca y la Alianza Familiar
En el siglo XV, los Puruhá enfrentaron la expansión del Imperio Inca. Las crónicas de Pedro Cieza de León y Cabello Balboa describen cómo la resistencia inicial de los Puruhá fue enfrentada por el Inca Huayna Cápac, quien logró someterlos utilizando tanto la fuerza militar como alianzas matrimoniales. Este último recurso consistía en unir a los hijos de los caciques locales con la nobleza inca, consolidando el dominio del Tahuantinsuyo en la región.
Esta estrategia no solo facilitó la integración de los Puruhá al imperio inca, sino que también permitió a los incas avanzar hacia los pueblos del norte, estableciendo redes de comercio y poder político. Aunque los Puruhá mantuvieron cierta autonomía y adoptaron prácticas culturales incaicas, conservaron aspectos esenciales de su propia identidad, como su cosmovisión, sus celebraciones astronómicas (raymikuna: Pawkar Raymi, Inti Raymi, Kulla Raymi, Kapak Raymi) y la construcción de centros ceremoniales.
Paccha Duchicela, hija de la nación Puruhá ("la escogida" o "hermosa como la luna, majestuosa como el sol"), nació en el Palacio de Capac Cocha (actual sitio arqueológico de Pucará Quinchi), dentro de población de Cacha, la capital del Reino de Quito, gobernado por su padre, Cacha Duchicela, el Shyri XV. Tras la muerte de su padre, se convirtió en la legítima heredera del trono, al que accedió con el nombre de Paccha Duchicela, la Shyri XVI.
Después de varios años de lucha contra los incas, el general Nazacota Puento fue vencido por el Sapa Inca Huayna Cápac, quien tomó a Paccha Duchicela como esposa secundaria en una estrategia política para integrar a los pueblos puruhá al Tahuantinsuyo. Según el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés: «El Inca Huayna Cápac tuvo razón suficiente de casarse y vivir con ella cerca de treinta años en los territorio de Quito, con quien tuvo varios hijos».
La Casa de Pucará Tambo y su Significado Ceremonial.
Los restos arqueológicos encontrados a lo largo del kapak ñan, constituidos por tambo, pukara, morteros o espejos de agua, las wankas (relojes solares), intis punku (portadas del Sol) y los ushnu (observatorios astronómicos), evidencian que los pueblos prehispánicos desarrollaron desde épocas muy tempranas una sistematización de los conocimiento astronómico con fines agrícolas, pecuarios y sociales. El resultado de estas investigaciones astronómicas permitió ubicarse en el espacio y en el tiempo adecuado para interactuar en lo social, la práctica agrícola y otras actividades mediante el calendario astronómico basado en los movimientos del Sol y la Luna.
El interés por conocer diversos fenómenos del espacio no fue exclusivo del mundo occidental o griego, sino también una constante preocupación de los pueblos andinos del Tahuantinsuyu y de otras culturas como los aztecas y mayas. Así lo demuestran los vestigios arqueoastronómicos hallados en esta provincia andina, en otros territorios nacionales y en países como Bolivia y México.
Feinstein (1969) señala que la astronomía es una de las ciencias más antiguas desarrolladas por el ser humano para establecer las fechas de las labores agrícolas. Mejuto González (2013) explica que la arqueoastronomía se ocupa de los vestigios arqueológicos relacionados con el alineamiento de cuerpos celestes.
Pucará Tambo constituye parte de la estructura arquitectónica de los pueblos ancestrales andinos, reflejando un profundo conocimiento astronómico y geométrico. La orientación de sus estructuras está alineada con eventos astronómicos importantes, como los raymikuna (solsticios y equinoccios), y conecta simbólicamente con otros centros ceremoniales, como el Chimborazo y el Altar. Este último desempeñaba un papel central en las ceremonias agrícolas y en el cálculo astronómico del tiempo.
Pucará Tambo es un testimonio vivo de la resiliencia y riqueza cultural de la nación Puruhá. Este centro ceremonial no solo representa un legado histórico y espiritual, sino que también simboliza la conexión entre los pueblos andinos y la naturaleza. Hoy, este espacio es un centro turístico comunitario que promueve el turismo sostenible, permitiendo a los visitantes experimentar la cultura Puruhá mientras se preserva su legado.
Fuente.
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