En el vasto y diverso territorio del Tahuantinsuyo, el Imperio Inca, los chasqui desempeñaron un rol esencial en la comunicación y administración del estado. Estos corredores incansables, habilitados por una red de caminos impresionante conocida como el Cápac Ñan y sus vías colaterales, eran los encargados de transmitir mensajes, información y objetos importantes a lo largo de miles de kilómetros. Su labor, más que un medio de transporte, era un pilar de la organización política y social del imperio Tawa Inti Suyu (imperio de los cuatro puntos cardinales).
La red vial del Cápac Ñan conectaba los rincones más distantes del imperio, desde Nazca hasta Tumbes y más allá, abarcando territorios de los actuales Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. A lo largo de estas rutas se disponían paradas estratégicas conocidas como tambo, distanciadas aproximadamente un cuarto de legua (unidad de medida equivalente a 4,4 km en la antigua Roma), lo que permitía a los chasqui descansar y asegurar el relevo sin perder tiempo【1】.
El cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega describe que los tambos se ubicaban en lugares elevados para facilitar la visibilidad entre ellos. Esta disposición garantizaba que los relevos se realizaran con precisión y rapidez, asegurando la eficiencia del sistema【2】.
Los chasquis eran diestros y estaban preparados físicamente desde temprana edad. Recorriendo extensos caminos construidos por el estado inca mediante un sistema de postas entre tambos, su labor podía ser decisiva para detener una acción bélica a tiempo o para garantizar la llegada de refuerzos en una batalla. Los chasquis eran personas de confianza, muchas veces hijos de yachak (sabios). Los mensajes que transportaban fueron orales, memorizados con exactitud y repetían varias veces al momento del relevo, minimizando errores. Complementariamente, los quipu, instrumentos hechos de cuerdas con nudos y colores específicos, almacenaban información numérica y contable, como datos sobre poblaciones, alimentos y materiales【3】.
Por otro lado, los tejidos y bordados representaban otro sistema de codificación visual. Los patrones geométricos, combinados con colores, contenían información que podía ser interpretada por los expertos de la época, reflejando una forma de conocimiento complejo basado en la geometría fractal【4】.
Cada chasqui llevaba dos objetos esenciales: un quipu o bordado y un pututu (kipa hecha de caracola marina). El quipu o el bordado almacenaba y transportaba información mediante nudos y colores que representaban distintos conceptos. Sin embargo, no podía ser interpretado sin el mensaje oral que lo complementaba, transmitido por el propio chasqui【5】.
El pututu o kipa, por su parte, era utilizado para anunciar la llegada del mensajero al siguiente tambo, permitiendo que el relevo estuviera listo para correr. Adicionalmente, los chasqui empleaban señales de humo y fuego para transmitir alertas urgentes. Este sistema, precursor de la telegrafía óptica, permitía al Inca recibir noticias críticas, como rebeliones, en cuestión de horas, incluso desde distancias de cientos de leguas【5】.
El término "chasqui", de origen quechua, significa "dar y recibir", reflejando su función como eslabones en la cadena de comunicación a través de mensajería. Más allá de su contexto histórico, los chasqui representan un símbolo de eficiencia, disciplina y resistencia física, cualidades admiradas en el mundo contemporáneo.
La figura del chasqui ha trascendido los siglos, siendo reconocida como un ejemplo de innovación organizativa y tecnológica en contextos premodernos. Su legado no solo resalta la habilidad del Tahuantinsuyo para integrar vastos territorios, sino también la importancia del conocimiento ancestral en la construcción de sociedades sostenibles.
Hoy en día, se conservan muchos caminos y tambos utilizados por los chasqui, los cuales son valorados al nivel de los sitios energéticos o waka y otros complejos arqueológicos. Estos senderos permiten experimentar las distancias y el terreno que recorrían los mensajeros del imperio. Además, muchos de estos caminos incluyen puentes colgantes de cuerda, construidos con fibras vegetales reforzadas con madera y piedra. A pesar del paso del tiempo, muchos de estos puentes siguen siendo funcionales y demuestran la habilidad técnica de sus constructores del kapak ñan o el gran camino del inca.
Referencias
- Garcilaso de la Vega, I. (1609). Comentarios Reales de los Incas.
- Alcedo, A. (1789). Diccionario Geográfico Histórico de las Indias Coloniales o América.
- Pärssinen, M., & Siiriäinen, A. (2003). Andean Civilization: A Tribute to María Rostworowski.
- Urton, G. (2003). Signs of the Inka Khipu: Binary Coding in the Andean Knotted-String Records.
- Pease, F. (1991). El Sistema de Caminos del Imperio Inca. Lima: IEP
- Guamán Poma de Ayala, Felipe (1980 [1616]). Primer nueva corónica y buen gobierno. Siglo XXI. p. 322
- Revista ECO, septiembre 2016.
- Imágen: https://www.boletomachupicchu.com/los-chasquis/; https://okdiario.com/historia/quienes-fueron-chasquis-mensajeros-del-imperio-inca-7444907